En HATO BARLEY nuestra prioridad es atenderte

 En Hato Barley, cada rincón guarda una historia fascinante que ha sido forjada con trabajo, tradición y amor por la tierra. Este lugar, que hoy es un punto de encuentro cultural y turístico, nació de la visión y esfuerzo de nuestros abuelos María Ignacia Ortega, oriunda de Nunchía (Casanare), y Luis Felipe Carreño, quienes hacia 1928 adquirieron un terreno en Tauramena, Casanare. 

 Con dedicación y esfuerzo construyeron su hogar: una vivienda típica llanera con techo de palma, paredes de adobe y piso de tierra. Allí dieron inicio a una vida dedicada a la cría, levante y ceba de ganado bovino, convirtiendo este espacio en un símbolo de trabajo y arraigo. 

 Su hijo, José Cerveleón Carreño Ortega, heredó no solo las tierras, sino también la pasión por la cultura llanera. Hombre trabajador y reconocido intérprete de la bandola, dejó huella como creador del reglamento de trabajo de llano, que aún hoy se aplica, y como diseñador de la bandola casanareña. Junto a su esposa Graciela Calixto, continuó la tradición y transmitió este legado a sus hijos Eliana y Felipe Carreño Calixto. 

 Hoy, Felipe Carreño junto sus hijos Laura, José e Ian, lideran esta nueva etapa en la historia de la familia, fortaleciendo la conservación de este territorio y consolidando su reconocimiento como Reserva Natural de la Sociedad Civil. 

 Desde el año 2015, Hato Barley abrió sus puertas al turismo de naturaleza, permitiendo a visitantes nacionales y extranjeros vivir la experiencia auténtica del llano: su fauna, su flora, su cultura y sus tradiciones. Cada paso en este lugar es una conexión con el pasado y un homenaje a la riqueza natural y cultural de los Llanos Orientales.